La Estrella de David: símbolo de La Enseñanza Revelada

“Bienaventurado el que lee con respeto y escucha con docilidad la palabra de esta profecía”. De esta manera que nos describe este versículo empecé a leer la Biblia y, poco a poco, se fue despertando en mi interior una fuerza que me llenaba de paz y de entendimiento impulsándome a continuar con su lectura y a compartir con los demás lo que iba descubriendo. Antes de llegar a este momento, se produjo en mi interior una preparación que se manifestaba al exterior con una lucha por decir siempre la verdad que, una y otra vez, se volvía en contra de mí. Así pasaba el tiempo hasta que pude percibir con claridad los motivos por los que me pasaba esto que tanto me hacía sufrir, pues se lucha contra la ceguera y la ignorancia en que vivimos en medio del mal, que es todo lo contrario.

Al mismo tiempo, fui descubriendo que esta ceguera e ignorancia con la que tenemos que aprender forman parte de una gran Verdad que nos une con la Verdad Universal, que a su vez nos ayuda para que tengamos conocimiento de lo que es el bien y lo que es el mal, hasta que seamos conscientes de que estas dos partes forman parte de nosotros. Con ellas tenemos que vivir trabajándonos para llegar a tener una base firme y positiva de lo que nos aporta el bien y hacia donde nos puede llevar el mal.

Mientras experimentaba todo esto, seguía sintiendo en mi interior esa fuerza para luchar siempre por la verdad, que me animaba a seguir buscando. Hasta llegar a un nuevo momento de entendimiento que me dispuso para estar atenta a mi mente y a mi corazón, en el que comprendí que nuestros antepasados también tuvieron esa lucha por obtener esta base y vivieron trabajándose dejándonos algo simbólico y a la vez muy importante, que ellos descubrieron para que llegado nuestro tiempo de querer saber más nos sirviera de referencia o como sello que identifica a los seres humanos que fuimos creados con una Base Divina.

Y como toda la Obra para Gloria de Dios desde el principio tiene una relación, la cual se debe seguir manteniendo con Fe y Amor según se vaya despertando, servidora, llegado mi tiempo, continué con la parte que por la Gracia de Dios se me concedió para completar la información de lo que nuestros antepasados nos legaron.

“La Estrella de David” está formada por dos triángulos, uno vertical y otro invertido. El triángulo vertical es el que nos identifica para decirnos que fuimos creados con una base y de la misma Esencia que Nuestro Creador, pero al ir cayendo en el mal esta base llena de Divinidad y de dones la invertimos mezclándose con el mal, que es este otro triángulo que la forma.

Siguiendo la misma línea, he continuado trabajándome en la búsqueda de la Verdad y ayudando a todos los que han venido a mí con las mismas inquietudes. En este presente son muchos los que se han ido trabajando para conseguirlo y, cuando les comuniqué la visión que me fue revelada de lo que debería ser nuestro logo, destinaron buena parte de su tiempo a darle forma. Como veis sigue siendo la misma Estrella de David, con la diferencia de que en el centro está incluido el símbolo de la Cruz, que identifica a todos los seguidores del Mensaje de Jesús, y un círculo que nos anuncia la unión a la que debemos llegar, liberados de credos y religiones, para creer en la Trinidad de un solo Dios.

Este logotipo está incompleto, la imagen original que me fue revelada no la puedo dar a conocer hasta que no se produzca esta unión.

Aprovecho para contestaros a las preguntas que me hacéis sobre si Jesús murió o no en la cruz. La información que he recibido por ahora no os la puedo transmitir, aunque sí os puedo decir que lo de su muerte en la cruz es también una creación humana (que se tiene que trascender) y que su Verdad sí se crucificó y se sigue crucificando.

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