A propósito de las imágenes. Magnífica reflexión que nos dejó el Profeta Isaías y que cada uno saque sus propias conclusiones

“¿Quién es aquel que ha medido las aguas del océano en el hueco de la palma de su mano, y extendiendo ésta ha pesado los cielos? ¿Quién es el que con solo tres dedos sostiene la gran mole de la tierra, y pesa los montes y los collados como en una romana?” “¿Quién ayudó al Espíritu del Señor? ¿O quién fue su consejero, o le comunicó alguna idea?” “¿A quién llamó él a consulta, o quien hay que le haya instruido a él, mostrándole la senda de la justicia, o comunicándole la ciencia, o le haya hecho conocer el camino de la prudencia?” “Todas las naciones de la Tierra son en presencia suya como si no fueran y como una nonada, y una cosa que no existe, así son por Él consideradas.” “¿A qué cosa, pues, habéis vosotros asemejado a Dios, o que diseño trazareis de Él?” “¿Por ventura la imagen o ídolo no es obra de un fundidor? ¿No es el platero de oro el que la ha formado de este metal o de láminas de plata el platero?” “El hábil artífice escoge una madera dura e incorruptible y procura afianzar la estatua de modo que no caiga.” “¿Acaso no sabéis lo que es Dios? ¿No habéis oído hablar de Él? ¿Acaso no se os comunicó desde el principio del Mundo? ¿No ha llegado a vuestra noticia que Él hizo los fundamentos de la Tierra?” “Él es el que extendió los cielos como un velo o cosa muy leve, y los desplegó como una tienda de campaña en que se ha de habitar.” “Él es el que confunde y anonada a los escudriñadores de los Arcanos de la naturaleza y reduce a nulidad a los jueces o gobernadores de la Tierra” “Éstos son para Dios como un tronco, que ni ha sido plantado, ni sembrado, ni tiene arraigo en la Tierra.” “¿A qué cosa, pues, me habéis asemejado? ¿A qué cosa me habéis igualado, dice el Santo por esencia?” “Alzad hacia lo alto vuestros ojos, y considerad, quien crio esos cuerpos celestes; quién hace marchar ordenadamente aquel ejército de estrellas, y llama a cada una de ellas por su nombre; sin que ninguna se quede atrás: tal es la grandeza de su poder, de su fortaleza y de su virtud.” “Pues ¿por qué decís vosotros, por qué osáis afirmar: no conoce el Señor la triste situación en que nos hayamos, y no se cuida mi Dios de hacerme justicia?” “¿Por ventura ignoráis o no habéis oído que Dios es el Señor eterno que crio la extensión de la Tierra sin cansancio ni fatiga, y que es incomprensible su sabiduría?” “Él es el que robustece al débil y el que da mucha fuerza y vigor a los que no son para nada.” “Desfallecerá fatigada de cansancio la edad lozana, y se caerá de flaqueza la juventud.” “Más los que tienen puesta en el Señor su esperanza, adquirirán nuevas fuerzas, tomarán alas como de águila, correrán y no se fatigarán, andarán y no desfallecerán.”

“Quien tenga oído que oiga lo que el Espíritu Santo os anuncia”

Con todo mi Amor,

Josefina