A propósito de las imágenes (segunda parte). Isaías, Capítulo XLI

“¿Quién obró y llevó a cumplimiento estas cosas? ¿Quién ya desde el principio eligió y ordenó a este fin todas las generaciones? Yo El Señor, yo que soy el primero y el último” “Viéronlo las islas y se llenaron de temor; pasmáronse las más remotas naciones; y a pesar de eso se reunieron y se acercaron.” “Se auxiliaron mutuamente en esta loca empresa, y cada cual decía a su hermano: ¡Buen ánimo!” “El broncista que trabaja a martillo, esforzaba al que batía en el yunque diciendo: Bien hecha está la soldadura; ahora asegura con clavos la estatua del ídolo para que no se mueva” “Más tú siervo mío, a quien traje yo de los últimos términos de la tierra y te llamé de sus lejanas regiones, y te dije:” “No temas que Yo estoy contigo; no te desvíes pues Yo soy tu Dios; Yo te he confortado y te he auxiliado.” “Sábete que quedarán confundidos y avergonzados todos aquellos que te hacen guerra; serán como si no fuesen, y perecerán los que te contradicen.” “Porque yo soy el Señor tu Dios, que te tomó de la mano y te estoy diciendo: No temas que soy Yo el que te socorro” “Salid ahora a defender vuestra causa, dice el Señor: alegad si tenéis alguna razón fuerte.” “Vengan vuestros dioses y anúnciennos cuantas cosas están por suceder: Declaren las antiguas, que ya fueron y estaremos atentos y sepamos los sucesos que vendrán después; anúnciennos lo que ha de suceder.” “Vaticinad ¡oh ídolos! lo que ha de acontecer en lo venidero y entonces conoceremos que vosotros sois dioses; haced el bien o el mal, si es que podéis hacer algo; hablemos y discurramos juntos sobre vuestro poder” “Pero es claro que vosotros sois hechos de la nada y de una cosa que nada es viene vuestro ser: Abominable es quien os escogió para adoraros como dioses” “¿Quién otro más que yo ha anunciado estas cosas desde su principio, decidlo a fin de que lo conozcamos y desde los tiempos antiguos, para que digamos: tienes razón, a favor tuyo está la justicia? Más no hay entre vosotros ídolos quien profetice ni quien prediga lo futuro, ni quien oiga siquiera las palabras de vuestra boca.” “Y yo Isaías estuve observando, y no hubo allí entre esos partidarios de los ídolos ni uno siquiera que fuese capaz de consejo, ni de contestar una sola palabra a quien le preguntaba.” “Luego todos son unos inicuos y vanas son las obras de sus manos, viento y vanidad son sus simulacros.”

“Quien tenga oído que oiga lo que el Espíritu Santo os anuncia”

Con todo mi Amor,

Josefina