Ahora es tiempo de reflexionar (Siempre lo ha sido)

Nuestro Planeta Tierra forma parte del Universo y, por lo mismo, llevamos genéticamente grabado en nuestro propio cuerpo su historia y nuestra propia historia. Y si no se obedecen las leyes que forman parte de ÉL, no solo afecta directamente a nuestro cuerpo enfermándolo, sino que las emanaciones que desprendemos también afectan a su Base. Ya que estas emanaciones chocan inarmónicamente con lo establecido por la Ley Natural o Cósmica, que nadie puede alterar, porque este orden adquirido por la obediencia a estas Leyes es lo que mantiene la Vida en todo el Universo; y por esa razón, si los seres que tienen vida en nuestro planeta o en cualquier otro que exista, no las obedecen, la Base que lo mantiene poco a poco enferma; y si no se hace nada para remediarlo, se va desmoronando hasta que un día se queda sin Base y cae al vacío, a las tinieblas.

Esto fue lo que pasó un día con Nuestro Planeta en una parte del Universo. Yo empecé a percibir estas y otras sensaciones poco a poco, de una forma sensible (Éxtasis), y las vivía con tal intensidad que unas veces me hacían llorar de alegría y otras de tristeza. La sensación que percibí en esta ocasión fue la de una gran explosión que acontecía en el pasado. De esta explosión surgieron varias partes que yo veía diseminadas por el espacio, pero mi atención en este cúmulo de sensaciones, estaba centrada en una parte en especial que rodaba sobre sí misma sin poderse sostener. Yo seguía centrada en esa parte, sin comprender porqué sentía tanta tristeza, hasta que fui percibiendo que estaba llena de Vida.

Después he sabido que esa parte es ahora nuestro Planeta Tierra…

“Quien tenga oído que oiga lo que el Espíritu Santo os anuncia”

Con todo mi Amor,

Josefina