Continuación de las Leyes Divinas

De buena parte de las leyes dadas a Moisés, muchos de vosotros pensaréis que están llenas de dureza, pero no es así. Porque lo que tenéis que saber es que Dios Padre no es sólo Misericordia, Amor, etc., ÉL es todo esto y muchísimo más, que nosotros nunca vamos a llegar a conocer, pero lo que no tenemos que olvidar, es que también es Infinitamente Justo y sabiendo que el mal que hiciéramos otra vez recaería sobre nosotros, así quiere Él que se le conozca.

«Si seguís mis preceptos y observáis mis mandamientos y los cumplís, os enviaré lluvias a sus tiempos,» «y la tierra producirá sus granos, y estarán los árboles cargados de frutos…» «Y habitaréis en vuestra tierra sin temor alguno.» «Dormiréis y no habrá quien os espante.» «Echaré sobre vosotros una mirada benigna y os haré crecer, y seréis multiplicados.» «Según esto, cuando se cumpliere lo que te anuncio acerca de la bendición o la consecuencia por no haber cumplido mis Leyes y movido a penitencia tu corazón,» «te volvieres a ÉL con tus hijos, y obedecieres a sus mandamientos y de todo corazón y con toda tu alma, como te lo prescribo en este día.»

«El mandamiento que te intimo hoy no está sobre ti, ni puesto lejos de ti,» «ni situado en el cielo, de suerte que puedas decir: ¿Quién de nosotros podrá subir al cielo para que nos traiga ese mandamiento y le oigamos y pongamos por obra?» «Ni está situado a la otra parte del mar, para que te excuses y digas:

¿Quién de nosotros podrá atravesar los mares, y traérnoslo de allá, para que podamos oír y hacer lo que se nos manda?,» «sino que dicho mandamiento está muy cerca de ti: en tu boca está y en tu corazón, y en tu mano, para que lo cumplas.» «Yo invoco hoy por testigos al cielo y a la tierra de que te he propuesto la vida y la muerte. Escoge desde ahora la vida, para que vivas tú, y tu posteridad,» «y ames al Señor y obedezcas su voz y te unas íntimamente a ÉL, siendo ÉL mismo, como es Vida.» «Arcanos del Señor Dios nuestro, manifestados a nosotros y a nuestros hijos hasta el fin de los siglos, para que temerosos y obedientes observemos todas las disposiciones de esta ley.»

“Quien tenga oído que oiga lo que el Espíritu Santo os anuncia”

Con todo mi Amor,

Josefina