Contra las supersticiones y falsos profetas
Deuteronomio, Capítulo XVIII

De esta parte, llena de Amor como todo lo que nos viene de ÉL, os voy a resumir lo más importante que debemos tener en cuenta. Lo primero que me llama la atención es que a Dios Padre no le agrada que se intente averiguar por medio de los difuntos la verdad —cosa que se ha estado y se sigue haciendo— Y para protegernos ÉL nos prometió que tendríamos siempre un Profeta para guiarnos:

«…y pondré mis palabras en su boca y os hablará todo lo que yo le mandare.» «Y si tú, allá en tu interior replicares: ¿cómo puedo yo discernir cuál es la palabra que no ha hablado Dios de la que realmente me ha dicho?» «Tendrás esto por señal: Si lo que aquel profeta hubiere vaticinado en el nombre del Señor, no se verificare, esto no lo habló el Señor, sino que se lo forjó el profeta por la soberbia de su espíritu, y por lo mismo no le temas, ni le respetes.»

¿Cómo reconocer a un verdadero Profeta?

Además de lo ya anunciado: Encontraros con un verdadero Profeta es algo que debéis merecer por vuestra evolución. Y por último, deciros algo muy importante para que los reconozcáis: Siempre se basan en la Ley de Dios para ayudar a las personas que se lo pidan y no dicen más de lo que cada persona necesita saber para su evolución. Además, su ayuda la dan gratuitamente.

“Quien tenga oído que oiga lo que el Espíritu Santo os anuncia”

Con todo mi Amor,

Josefina