Conocer a Josefina, ha sido una experiencia muy hermosa, muy grande, muy profunda, que ha transformado mi vida.

Quería decirte que estoy muy agradecida por todo el trabajo que has hecho, que has dado y entregado para que todos podamos conocer más a Dios y acercarnos más a Dios. Quizás he estado poco tiempo con vosotros, cuando nos veíamos en grupo, pero, aunque desde hacía ya mucho tiempo atrás estaba interesada en asistir, tenía unas limitaciones que me lo impedían: no tenía coche y mi padre no me iba a dejar ir a ningún lugar lejos.

Ha sido una experiencia muy hermosa, muy grande, muy profunda, que ha transformado mi vida. Todo lo que nos has compartido, todo lo que nos has explicado, con tanto cariño y dulzura… ¡y cómo nos has acercado a la Verdad! Nos has explicado tantas cosas buenas, positivas y prácticas también… Y la verdad es que esos encuentros eran realmente como milagrosos, yo sentía que cada vez que asistía a una reunión para vernos y compartir sobre Dios, escuchando tus explicaciones y comentarios, era como llegar al cielo… De alguna forma, era como un milagro, sentía que cada reunión era un milagro… era como un milagro para mí.

Y eso es lo que me ha ayudado, me ha salvado de no perderme, ¿sabes? Porque como hacía mucho tiempo que yo ya no iba a la iglesia, porque no me llenaba, el haberte encontrado y haber podido compartir, recibir tus enseñanzas, tu ayuda, tu entrega, para mí ha sido un giro importante en mi vida, un giro de ciento ochenta grados. Y gracias a esa base que tú diste, y en este caso me diste a mí, porque en este caso hablo de mí ahora, gracias a ella he podido seguir el camino hacia delante, acercándome a Dios, con mis faltas, mis fallos, mis muchos fallos…, mis pecados, por decirlo claramente. Y todo eso ha dado fruto gracias a que estabas ahí. Gracias a que, hablándonos, pude comprender. Hablando tú, pude comprender yo.

Y esto, a lo largo del recorrido de mi vida, ha sido la cosa más importante de todas, porque era como poner una semilla en mí. Tú pusiste una semilla en mí y esa semilla ha seguido creciendo, aunque he tenido muchas equivocaciones y, he corregido… Pero estoy contenta porque estoy cada vez como puliendo más partes de mí. Puliendo, puliendo… Poco a poco, muy poco a poco, pero sigo puliendo, como dándole más brillo a ese tesoro que tú me diste. Que nos dio el Señor, por supuesto, porque fue un regalo de Dios. Gracias a ti, por intermediación tuya me llegó ese regalo, ese gran tesoro. Te quería dar la gracias porque es algo muy…

Gracias por ese hermoso trabajo…Ese gran trabajo que has hecho conmigo, con nosotros, con los que estábamos allí, contigo. Estoy muy agradecida. Gracias a ti puedo seguir por ese camino, por ese sendero que llega a Dios, poquito a poco. Y uno se ve con ganas de saber más, de hacer más, de cambiar más y empezar a sentir esa alegría que había perdido durante un tiempo. Y tengo a veces mis bajones, pero voy caminando y retomando siempre con el Señor.

escrito por Mari Carmen, el día 26 de abril de 2019

alpiedelarbol@yahoo.es