La señal de Jonás y Mirad por el cuerpo y más por el Alma
San Lucas, Capítulo XI-XII

«Antorcha de tu cuerpo son tus ojos. Si tu cuerpo estuviere puro y sano, todo tu cuerpo será alumbrado; más si estuviere dañado, también tu cuerpo estará lleno de tinieblas.» «Cuida pues, de que la Luz que hay en ti, no sea o no se convierta en tinieblas;» «porque si tu cuerpo estuviere todo iluminado, sin tener parte alguna oscura todo lo demás será luminoso, y como antorcha luciente te alumbrará.» «Así que acabó Jesús de hablar, un fariseo le convidó a comer a su casa; y entrando en ella púsose a la mesa.» «Entonces el fariseo discurriendo consigo mismo comenzó a decir: ¿Por qué no se ha lavado antes de comer?» «Más Jesús le dijo: Vosotros ¡Oh fariseos! Tenéis gran cuidado de limpiar el exterior de las copas y de los platos; pero el interior de vuestro corazón está lleno de rapiña y de maldad.» «¡Oh necios! ¿No sabéis que quien hizo lo de fuera hizo asimismo lo de dentro?» «Más ¡Ay de vosotros fariseos, que pagáis el diezmo hasta de la hierbabuena, y no hacéis caso de la Justicia y de la Caridad o Amor de Dios! Estas son las cosas que debéis practicar, sin omitir aquellas.» «¡Ay de vosotros, que sois como los sepulcros que están encubiertos, y que son desconocidos de los hombres que pasan por encima de ellos!»

«Entonces uno de los doctores de la Ley le dijo: Maestro, hablando así también nos afrentas a nosotros.» «Más Jesús le respondió: ¡Ay de vosotros igualmente doctores de la Ley! Porque echáis a los hombres cargas que no pueden soportar, y vosotros ni aun con la punta del dedo las tocáis.» «¡Ay de vosotros, que fabricáis mausoleos a los Profetas después de que vuestros mismos padres los mataron!» «¡Ay de vosotros doctores de la Ley, que os habéis reservado la llave de la Ciencia de la salud! Vosotros mismos no habéis entrado, y aun a los que iban a entrar se lo habéis impedido.» «Al oírlo, irritados los fariseos y doctores de la Ley empezaron a contradecirlo fuertemente, tratando de sonsacarle alguna palabra de que poder acusarle.» «Y dirigiéndose a sus discípulos les dijo: Por eso os digo a vosotros: No andéis inquietos en orden a vuestra vida, sobre lo que comeréis y en orden a vuestro cuerpo sobre que vestiréis.» «Más importa la vida que la comida, y el cuerpo que el vestido.» «Y por otra parte ¿Quién de vosotros por mucho que discurra, puede acrecentar a su estatura un solo codo?» «Pues si ni aun para las cosas más pequeñas tenéis poder, ¿a qué fin inquietaros por las demás?» «Contemplad las azucenas, como crecen y florecen: no trabajan, ni tampoco hilan; no obstante os digo, que ni Salomón con toda su magnificencia estuvo jamás vestido como una de estas flores.» «Así que, no estéis acongojados cuando buscáis de comer o de beber; ni tengáis suspenso e inquieto vuestro ánimo:» «Los paganos y las gentes del mundo son los que van afanados sobre estas cosas. Bien sabe vuestro Padre que de ellas necesitáis.» «Por tanto buscad primero el Reino de Dios y su Justicia, que todo lo demás se os dará por añadidura.»

“Quien tenga oído que oiga lo que el Espíritu Santo os anuncia”

Con todo mi Amor,

Josefina